Activación o arousal en golf
Existen múltiples definiciones del constructo “arousal” y a nivel operativo suele equipararse al de activación. Así, Gill (1986) define el arousal como la intensidad de la conducta; para Malmo (1959) es una activación general (física y psicológica), que oscila desde el profundo sueño, en un extremo, hasta una elevada excitación en otro, y; para Loerhr (1990) el arousal es “un estado ideal de rendimiento y se caracteriza por una sensación de relajación, soltura, calma, sin presencia de ansiedad”. En cualquier caso, el nivel de activación y/o arousal es muy importante en el mundo deportivo y se relaciona con los niveles de atención, ansiedad, motivación, etc.
¿Qué es el nivel de activación y el estado arousal?
Siguiendo a Dosil (2008) el control de la activación se considera fundamental, puesto que la mayoría de las modalidades deportivas y cada deportista requieren un nivel óptimo de activación para alcanzar el máximo rendimiento.
Diversas son también las teorías planteadas, si bien sólo nos centraremos en dos:
- Teoría del impulso o drive.
- Teoría de la zona de óptimo funcionamiento (ZOF).
- Teoría de la facilitación social.
- Teoría de la catástrofe.
- Teoría de Yerkes-Dodson (1908) o hipótesis de la U invertida: “Hasta hace poco tiempo, ha sido el modelo principal utilizado por los psicólogos del deporte para describir la relación de arousal-rendimiento” (Shawn M. Arent y Daniel M. Landers, 2003). Esta teoría establece una relación curvilínea entre arousal y rendimiento: cuando el nivel de activación es bajo el rendimiento también lo es y ambos se irán incrementando hasta que llegue un punto (la cima de la curva) donde a mayor nivel de arousal el rendimiento comience a descender.
Cada deportista (por ejemplo: más o menos habilidoso, introvertido vs. extrovertido, etc.) y cada modalidad deportiva tienen su nivel óptimo de activación.
Así, los deportes que demandan un control muscular fino (como es el caso del golf) será necesario un nivel moderado o bajo de arousal para alcanzar un buen rendimiento. Otros deportes que no implican actividades motrices tan precisas (por ejemplo, el levantamiento de pesas), niveles más elevados de arousal favorecen el rendimiento. Por lo tanto, la curva se verá desplazada hacia la izquierda o derecha:
- Dosil (“Psicología de la actividad física y del deporte”, 2008) propone un modelo de la “adaptación automática” del arousal a la situación competitiva. Tomando elementos de las anteriores teorías, parte del supuesto de que el deportista se adapta a la situación de competición, tanto a nivel cognitivo como somático, esto es, aunque esté experimentando un arousal alto/bajo antes de la competición, al comenzar la misma se produce un descenso/aumento de éste hasta unos niveles que suelen corresponderse con rasgos adecuados para que la competición se realice con garantías. También plantea, que existe un arousal precompetitivo ideal que cada deportista deberá determinar con ayuda del psicólogo o entrenador y un arousal competitivo ideal.
Precisamente, lograr el nivel de activación apropiado a cada competición se relaciona con la consecución del alto rendimiento. No obstante, este modelo requiere aún de mayor contrastación empírica.
Diversas son las estrategias existentes para manejar el aumento/disminución de la activación y/o ansiedad: Relajación muscular de Jacobson, meditación, autoinstrucciones, respiración controlada, incremento de la tensión muscular… Según Mellalieu y Hanton (2006) la relajación es la técnica que suelen emplear los deportistas no-élite para reducir la ansiedad, siendo la visualización y las autoinstrucciones la técnica preferida por los deportistas de élite.
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