¿Estás interesado en aprender golf? ¿Tu meta para el próximo año consiste en practicar este deporte? ¿Has probado el golf pero tienes dudas?

Tengo 40 años, familia (dos niños menores de 4 años), trabajo, sigo estudiando temas relacionados con el deporte y la psicología, y llevo el mantenimiento completo de esta página. Hace poco más de 5 años que me inicié en el golf, mi fecha de partida era en julio de 2013 (aquí tenéis el artículo dedicado a «Mis comienzos»). Mi objetivo era terminar este año con hándicap de un solo dígito pero me voy a quedar a las puertas, puesto que tengo 10.4 (tampoco está mal, jeje).

Transcurrido este tiempo, creo que estoy en condiciones de dar unos consejos para aquellos que quieran iniciarse en este deporte y/o mejorar su juego consistentemente. Además los consejos los he ordenado de tal modo que los primeros me parecen más importantes.

⇒ CONSEJO 1: Necesitas tiempo.

Si estás soltero o soltera, no tienes hijos, trabajas a turnos y/o dispones de bastante tiempo libre, este no es tu problema; en caso contrario, para seguir mejorando tu juego de golf necesitarás más tiempo libre. Al principio, puede que no salgas mucho al campo y dediques tiempo a entrenar tirando bolas en el «tee de prácticas», pero luego el  gusanillo del golf te invitará a salir más y jugar torneos. Hay que tener en cuenta que para completar 18 hoyos se emplea de media unas cuatro horas (sin detenerse mucho y a pie), pero si juegas un torneo tendrás que dedicarle toda la mañana e incluso parte de la tarde (por ejemplo, si te quedas a comer y participas en el sorteo de premios).

En mi caso, con mi primera hija conseguía sacar tiempo para tirar bolas y salir a entrenar también al campo los fines de semana (eso sí a horas no muy recomendadas, jaja), con el segundo hijo se ha complicado bastante. Sin embargo, si fuese al gimnasio 3 ó 4 veces a la semana o salieses a correr (combinado con algún otro ejercicio), no necesitaría tanto tiempo y estaría mucho más en forma. Relacionado con este consejo está el hecho o casi necesidad de buscar un campo cercano para no gastar mucho tiempo en desplazamientos.

⇒ CONSEJO 2: Empieza con un buen profesor.

El golf es un deporte muy técnico y lo que bien se aprende, nunca se olvida. No todos tenemos la misma edad, complexión ni cualidades físicas. Un buen profesor de golf sabrá orientarnos al principio para sacar lo mejor de nosotros, sin coger vicios que retrasen luego el aprendizaje o nos lleven incluso a desarrollar algún tipo de lesión. Con el tiempo, puedes espaciar las clases, pero considero que al principio es algo fundamental. Yo siempre recomendaría para progresar en este deporte combinar clases de golf, práctica en el «driving range» y salidas al campo de golf; ajustándolo lógicamente a la disponibilidad de tiempo de cada jugador. Así, no tiene sentido asistir a muchas clases si no tenemos tiempo para ponerlo luego en práctica.

⇒ CONSEJO 3: Mejor en pareja y con los hijos que solo.

Aún no he logrado convencer a mi pareja pero sigo intentándolo, a los niños procuraré introducirlos poco a poco. ¿Por qué? Pues, sencillo, si hemos dicho que es una actividad que a la larga te va a pedir que le dediques más tiempo si quieres mejorar (y no conozco a nadie que no lo quiera), si consigues hacerla familiar, será más fácil poder disfrutar de ella. Así, por ejemplo, a mi hija de 4 años puedo entretenerla dejándole coger el volante del buggy y golpeando alguna bola, mientras yo juego algún hoyo. Si salgo a correr o en bicicleta, difícilmente puedo compaginarlo con cuidar y disfrutar de mi hija. A la larga, si a ella le gusta y sigue, cuando yo esté jubilado (si Dios quiere) podremos seguir practicándolo juntos durante años.

⇒ CONSEJO 4: La paciencia es la madre de todas las ciencias.

El golf es un deporte psicológicamente duro (tranquilo también da muchas alegrías) y a veces frustrante. La bajada de hándicap no siempre es progresiva, suele ir por tramos, como bien nos recuerda Harvey Penick en «El pequeño libro rojo del golf» (aquí puedes ver también un artículo dedicado a los mejores libros de golf). En mi caso, estuve bastante tiempo estancado en el hándicap 18 y un buen día bajé de repente al tramo de 10-11, donde sigo actualmente y teniendo en cuenta el consejo número 1, me va a costar seguir progresando. Habrá días que consideras que has nacido para este deporte y otros en los que te planteas vender los palos. Así que hay que aprender a disfrutar de los buenos golpes y buenos días pero sabiendo que también vendrán los malos.

⇒ CONSEJO 5: Invierte el dinero en aprender golf.

Ya he comentado en alguna ocasión que no es un deporte de los más caros (aquí podéis ver el post ¿Es un deporte caro, elitista?), pero todo depende de lo caprichosos que seamos. Si no tienes tiempo para jugar todas las semanas en el campo, puede que no te interese pagar un abono completo y sólo pagar el green fee cuando salgas. Así, este dinero lo puedes invertir en tirar bolas o recibir una clase de golf,  ambas te ayudarán a seguir mejorando. También debes asesorarte bien al comprar los palos,  no descartes el mercado de segunda mano donde puedes encontrar de todo. No tiene sentido comprar un juego nuevo y caro si no has comprendido los anteriores consejos, puede que a los seis meses abandones la práctica. Igualmente existen muchos modelos de bolas de golf, pero al inicio no notarás las diferencias … siempre me sorprende la cantidad de bolas Titleist pro v1 que se encuentra uno por el campo, jejeje. Con el tiempo, te gustará jugar buenos torneos y/o conocer otros campos de golf que quizás no sean tan económicos como el que frecuentas tú.

Hasta aquí mis consejos para aprender golf desde cero, pero antes de terminar os recuerdo algunos de los beneficios de este deporte:

  • Contrariamente a lo que piensan algunos, el golf apenas tiene riesgo de lesiones.
  • Jugar 18 hoyos implica andar 8-12 kilómetros, lo cual ayuda a mejorar la salud
    cardiovascular.
  • Derivada de las anteriores, se puede practicar a una edad avanzada (e iniciarse a una edad muy temprana).
  • Mejora nuestra coordinación, concentración y ayuda a desconectar de nuestras preocupaciones, todo ello, disfrutando de un entorno privilegiado al aire libre.