La cadera en el swing de golf
Si estas más tieso que la mojama durante el backswing, puede ser debido a muchas causas. En este artículo te voy a hablar de la rigidez de la cadera derecha (para el golfista diestro), la cual interfiere en el desarrollo del backswing.
Funcionamiento de la cadera
La cadera es una articulación de tipo diartrosis, en la cual hay una superficie articular convexa (cabeza del fémur) y una cóncava (cotilo). Es una de las articulaciones más móviles que hay en el cuerpo humano, sobre todo cuando el pie del sujeto no está “anclado al suelo”, por ejemplo, alguien que practica gimnasia tumbado en una colchoneta de fitness.
Cuando hago una sesión de pilates con mis pacientes, siempre comparo esta articulación a un mortero de cocina, el cuenco en el que metes un aliño que luego mueles con la pieza móvil. La parte convexa es perfectamente congruente en la parte cóncava, donde según la destreza y energía del sujeto que haya decidido crear dicho movimiento, habrá un deslizamiento más o menos fluido o apurado entre las dos piezas.
El papel de la cadera en el swing de golf
Durante el backswing de golf con las maderas y los hierros medios o largos (a partir del hierro 7 en general para abajo, pero esto depende de cada golfista y su “marca de fábrica”, tamaño de swing etc.), el golfista necesita activar este “mortero anatómico” en la pelvis.
Es indispensable para mejorar la calidad y amplitud del arco de swing. Además de los pies, rodillas, y charnelas raquídeas, es una zona del cuerpo que trabaja para ayudar a la cabeza del palo a continuar su camino en el plano del swing (según Ben Hogan en su libro “Five lessons”, ese plano se sitúa entre los hombros y la bola).
El trabajo de la cadera en algunos golfistas profesionales es a veces muy poco visible, porque tienen una hipermovilidad en la zona dorsal que les basta para levantar el palo. Aun así, a menudo se puede apreciar un mínimo de actividad en este “mortero” cuando se ven los vídeos en slow motion.
Consecuencias de una cadera rígida en el swing de golf
Si hubiera rigidez de cadera por cualquier motivo (reservo las causas y tratamiento para los próximos episodios), esto puede acarrear problemas para el golfista, ya sean lesiones o incluso fallos técnicos, como una mala calidad al impacto.
El jugador acabará siempre compensando esa falta de amplitud en su swing. Si esas compensaciones se hicieran en el eje de la columna (charnelas, rodillas, pies, o bien contracciones de los “músculos grandes”, como dirían los coach franceses) se podrían evitar los fallos técnicos.
El problema de compensar en el eje de la columna es que, si el jugador está rígido también en la columna dorsal, por ejemplo, podrá hacerse daño en la espalda al crear un movimiento desfasado en los discos intervertebrales que no tienen costumbre de hacerlo en la vida cotidiana. Cabe añadir que un swing de golf requiere velocidad, lo cual es un gran obstáculo para la capacidad propioceptiva* del cuerpo.
Los fallos técnicos vendrán seguramente en el caso de que el jugador compensara con muñecas y manos, ya que aunque sean partes del cuerpo que contribuyen en el swing de golf, son las más difíciles de dominar (Seve Ballesteros era, si no el mejor, uno de los mejores en hacerlo).
El problema de rigidez de cadera es algo muy frecuente en la población golfista de mayores de 60 años, en la cual encontramos a menudo artrosis de cadera o coxartrosis. Esto es ya otra historia, porque no es únicamente un problema de flexibilidad de tejido muscular y conectivo, sino más bien del desgaste en el cartílago articular (el tejido que permite justamente el deslizamiento entre superficies articulares, un poco como si añadiéramos vaselina al mortero de cocina para fluidificar el movimiento).
No deja de ser una degeneración articular, y aunque no haya una solución milagrosa con la fisioterapia, el fisio tendrá un rol importante para explotar el margen de mejora existente, disminuir el dolor y prepararse de manera seria para la siguiente partida de golf.
Cualquier golfista, sea cual sea su perfil, puede “atletizarse” en torno a sus capacidades. En los capítulos siguientes, os hablaré de calentamiento, ejercicios y tratamiento para esta dolencia.
Definición de propiocepción
«La propiocepción es el sentido que nos permite percibir la ubicación, el movimiento y la acción de las partes del cuerpo. Abarca un conjunto de sensaciones, incluyendo la percepción de la posición de las articulaciones y su movimiento, la fuerza muscular, y el esfuerzo. Estas sensaciones se originan de las señales de los receptores sensoriales en el músculo, la piel y las articulaciones, y señales centrales relacionadas con los estímulos motores. La propiocepción nos permite juzgar los movimientos de las extremidades y posiciones, fuerza, pesadez, rigidez y viscosidad. Se combina con otros sentidos para localizar objetos externos en relación con el cuerpo y contribuye a la imagen corporal. La propiocepción está estrechamente vinculada con el control de movimiento» (Enciclopedia de Neurociencia).